vaya diíta...

Ayé acabé quemá. No es una forma de hablá, es que me quemé tó la pierna con la puerta del horno. Fué un día completito el de ayé.

Pa empesá, a las siete de la mañana me despertó un ruío horroroso, como de muchos cristale rompiendose. La verdá es que me cagué. Intenté despertar a mi marío, pero el vierne había llegao borracho como una cuba y no hubo manera de despertarlo. Asín que me armé de való y me levanté sola a vé qué había pasao.

Cuando llegué al salón no había nadie, pero escuché un ruio en el cuarto baño y pallá que me fuí, con la escoba en la mano por si acaso. Me temblaba tó, tenía más miedo que Lopera en un reconosimiento médico, pero es mi casa y tenía q velá por la seguridá de mi familia. Me asomé un poquito y ví que los trosito de espejo del romi llegaban al pasillo. Pensé "Rosi de Palma ha entrao en mi casa, ha ido a meá, sa mirao al espejo del romi y se lo ha cargao..." y má que me asusté. Porque yo no sé tú, pero yo podría superá encontrarme cara a cara con un ladrón en mi casa, pero vé la cara de Rosi de Palma de cerca creo que no lo superaría nunca...

Me asomé a la puerta y ví alguien agachao, como buscando algo, y sin pensarmelo le endiñé un escobonaso en la cabesa y se cayó al suelo. Entonse fué cuando escuché una vó mu familiá que me dijo: "omá ¿que hase? mecagonlaostia, ¡que me vá a matá!"

No era un ladrón. Tampoco era Rosi de Palma (grasia a Dió). Era mi Migué. Acababa de llegá a mi casa de que los amigo hisieran botellón, porque mi Migué ni bebe ni fuma. Lo que pasa es que comería algo que le sentó malamente y estaba mareaillo. Entró en el cuarto baño y como estaba mareao tropesó y se fué a agarrá al romi, con tan mala suerte que se cayó y se rompió. Y estaba agachao no porque estuviera buscando algo, sino porque estaba vomitando. Seguro que senó ensaladilla en algún bá, que le tengo dicho que no pida cosas con mayonesa en los bare.

Pero ahi no queda la cosa. Cuando nos levantamo, a las dose y pico, me dise mi Grabié "niña, arréglate que nos vamo a comé hoy fuera". Y yo loca de contenta me meto en la ducha y casi me dá algo. Mi suegra se había afeitao las pierna pa irse a sus clase de aquallim y me había dejao to la bañera llena pelo, ¡qué asco! Paresía que se había duchao Chewaka. Me revolvió to el estómago y ya estuve tó el día con ardore. Creo que esa ha sío la visión má asquerosa en los día de mi vida.

Totá, que nos fuimo a comé y tó iba bien hasta que aparesió en el bá mi Danié. ¡qué coñaso de niño! Llegó pidiendo dinero, como siempre:
- omá, dame sinco euro no?
- Danié te di anoche dié euro, ¿ya lo has gastao?
- no, lo estoy guardando pa vé si me se multiplican dentro de la cartera... ¡po claro que lo he gastao!
- po no te doy má ni un duro,¡ que te hiso la boca un fraile niño!
- enga yá omá que me hase falta
- ¿pa qué?
- pa grif... ¡pa tomarme un cocacola con esta gente!

Totá que despué de un rato regateando cormigo y con el padre acabé dandole los sinco euro, porque despué de tó me da pena que salga con los amigo pa tomarse un refresco y no tenga dinero.

Y lo peó estaba por llegá. Por la noche sena en familia, pero eso os lo cuento mañana, que tengo una plancha horrorosa.